Me duele. Qué me pongo, ¿frío o calor?
El dolor. Un elemento que forma parte de nuestra vida, y aunque molesto, es necesario. Hay personas para las que forma parte de su día a día y otras que lo han experimentado solo en ciertas ocasiones. Sea como sea es un auténtico fastidio y a veces puede llegar a ser invalidante. Si te dieran la posibilidad de eliminar el dolor de tu vida, aceptarías sin dudarlo, ¿verdad? ¡Error!
Lo cierto es que sin dolor nuestras vidas serían más complicadas. El dolor no es más que una señal producida por nuestro sistema nervioso para indicarnos que estamos sufriendo algún daño: las heridas no duelen por capricho, duelen para que nos demos cuenta de que las tenemos y hagamos algo para que no vayan a más. A nadie le gusta sufrir, pero sin dolor nuestra vida sería mucho más complicada (y corta).
El dolor no existe más allá de nuestro sistema nervioso. Es una experiencia sensorial y emocional, por lo que hay, básicamente, dos formas de aliviarla: acabando con aquellas fuentes del dolor (cualquier cosa que desate la alarma en nuestro cerebro) o incidiendo directamente en el sistema nervioso para que no desate los mecanismos que desatan este.
En Eurokines tenemos pacientes que ante dolores puntuales y repentinos no saben si deben aplicar frío o calor ni cómo hacerlo. Todos hemos escuchado que hay que aplicar frío o calor cuando nos duele algo, pero hay que tener cuidado en qué casos hacerlo y de qué manera. Por eso hoy queremos desvelar tus dudas acerca de esta cuestión.
Calor en invierno
Ahora que se acerca el invierno, suele ser más recomendable utilizar calor, ¿por qué? Muy sencillo. En esta época del año es cuando suelen aumentar los dolores musculares debido al contraste de temperaturas entre los lugares cerrados y la calle. Y también por las posturas cuando tenemos frío, de las que muchas veces no somos conscientes: encorvar el cuerpo, tensionar los músculos de la espalda, elevar los hombros, etc.
Frío o calor
El frío se utiliza después el ejercicio, una contusión, un golpe o esguince, y en las primeras 72 horas, ya que reduce el diámetro de los vasos sanguíneos y disminuye la inflamación, el dolor y los calambres. Es muy útil para los dolores agudos y su aplicación debe realizarse de 5 a 15 minutos de 2 a 4 veces al día
Por el contrario, el calor está indicado para lesiones sin inflamación y pasadas las 72 horas, porque el calor aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos favoreciendo la circulación y disminuye la rigidez. Además tiene un efecto relajante. Está indicado para lesiones antes del ejercicio, para mala postura o una contractura. Su aplicación es de 15:00 a 25 minutos de 1 a 3 veces al día.
De todas formas, ante cualquier duda, desde Eurokines te aconsejamos preguntar siempre a un especialista. Es importante localizar el origen y el motivo del dolor para poder acabar con él de una manera correcta. ¡Contacta con nosotros!